Carrera del niño

        En Semana Santa el domingo de resurrección celebramos la carrera del niño.

        A las ocho de la mañana todos tenemos que estar en la puerta de la iglesia preparados para comenzar la carrera. Todos esperamos medio dormidos, con las gafas de sol para taparnos los ojos de cansancio que tenemos al no haber dormido porque hemos estado toda la noche de fiesta.

        Llegan las ocho y las puertas de la iglesia se abren y los hombres del pueblo salen disparados con el niño “a cuestas”. Todos corremos detrás y pasamos por todas o por la mayoría de las calles del pueblo y por el campo de alrededor.

        Corremos durante dos horas hasta que llegan las diez y nos reunimos con el resto del pueblo en la plaza. Allí nos esperan las bandas de tambores y cornetas y la Virgen, que espera al niño resucitado para encontrarse y cambiarle el manto a la Virgen.

        Nos dirigimos hacia la iglesia y todos nos metemos allí para seguir con el reencuentro y tocar los tambores.

        Acaba el homenaje entre aplausos y cada persona se dirige a su casa para reencontrarse con sus familiares o amigos para pasar el día entero de fiesta en el campo.

                                                                                             

                                                                                                                      Laura Jiménez González, 4ºD.

        En mi pueblo,  Albaladejo, en Semana Santa se celebran procesiones pero la más importante es la del domingo del resucitado. Trata de ir corriendo con el Santo por todas las partes del pueblo y por el campo.             La procesión se llama la carrera del niño y empieza en la iglesia a las ocho de la mañana. Se corre desde la ermita de San Isidro hasta las Yeseras, un monte desde donde se ve todo el pueblo. Se sigue corriendo hasta que se llega al olmo donde está la piscina, la pista de tenis y el campo de fútbol y se baja hasta la cueva donde está la Virgen de la cueva. Antes se cruzaba un barranco pero desde hace unos años ya no se hace. Mientras la gente va corriendo, gritan “Viva el Resucitao” y finalmente se llega a la plaza mayor donde se dan varias vueltas. Primero las mujeres dan una vuelta con el santo, luego son los hombres y después los niños, a los que el año pasado se les cayó el santo al suelo. Posteriormente se vuelve a la iglesia y se deja allí el santo. Casi todo el mundo después se va al campo a comer para celebrarlo.

                                                                                                                            Jorge Calabria, 4º D