jueves, 3 de marzo de 2011

EXCURSIÓN A LA SEMANA DE LAS CIENCIAS.

            Durante la semana del 8 al 12 de noviembre del 2010  tuvieron lugar las actividades y exposiciones de la “X Feria de las Ciencias” en todas las capitales de provincia de la comunidad de Castilla-La Mancha. Los objetivos de esta feria, entre otros, son divulgar de una manera sencilla los trabajos y descubrimientos que desarrolla nuestra comunidad científica, dar a conocer a los alumnos lo que las distintas facultades les pueden ofrecer, y sorprender con experiencias mágicas o imposibles si ignoramos las bases científicas que están detrás de las mismas.
           Ante una oportunidad tal, ese grupo de frikis del razonamiento lógico y el método científico que llamamos “Departamento de Ciencias” del “IESO Mentesa Oretana”, no pudo resistirse a la oportunidad de mostrar a los alumnos que los contenidos científicos también pueden ser útiles, cercanos y divertidos. Con este fin, organizó una excursión a Ciudad Real que estuvo destinada a los alumnos de 4º ESO y guiada por dos de los miembros más singulares de dicho departamento (Antonio  y Carlos)

Fue un miércoles, 10 de noviembre del 2010,  cuando 19 alumnos de 4º de nuestro instituto se decidieron a participar en la excursión que partió de Albaladejo y recogió al resto de la expedición en Villanueva de la Fuente. Pasadas las siete y media salimos con destino al “Paraninfo” de la Universidad de Ciudad Real. El viaje estuvo amenizado por las ya típicas canciones de autobús de “Cadena Dial” y las interesantes anécdotas del conductor, que se reveló como un gran artesano del esparto y un restaurador de bicis antiguas. Llegamos a nuestro destino sobre las nueve y media y rápidamente nos percatamos de que no íbamos a estar solos. Ese día, la feria acogería a un gran número de alumnos de institutos de toda la provincia.
Una vez allí, nos reunieron a todos en el  salón de actos del “Paraninfo”. Los voluntarios nos repartieron folletos informativos y gorras mientras nos sentábamos y comenzaba una breve charla en la que nos contaron los objetivos de la feria, nos animaron a participar activamente en todas las actividades y organizaron las visitas de las distintas excursiones.
Nuestra siguiente parada fue la “Facultad de  Química” a la que llegamos guiados por una alumna voluntaria de esa misma facultad. En esta facultad, un grupo de profesores presentaron con medios informáticos las distintas vías de estudio e investigación que se desarrollan en la facultad (todas relacionadas con los diversos aspectos de la Química y la tecnología de los alimentos). Tras media hora de  exposiciones, que a muchos nos resultaban difíciles de seguir y que empezaban a amenazar con un aburrimiento severo, acudieron a nuestro rescate un pequeño grupo de alumnos becarios de la facultad que nos mostraron una serie de hechos sorprendentes relacionados con la Química. Los que más nos sorprendieron son:
Ø      Demostraron mediante reacciones químicas que el pimiento tenía más vitamina C que el limón. No obstante, nos explicaron que esta vitamina del pimiento se pierde cuando se fríe.
Ø      Nos explicaron como hacer “Blandiblú” de distintos colores con materiales que podemos conseguir en nuestra propia casa.
Ø      Nos explicaron como funcionaban los microondas y nos mostraron varias experiencias con ellos: Como se enciende un fluorescente dentro de un microondas en funcionamiento, como se crea espuma a partir de una pastilla de jabón con la frecuencia adecuada, o que le pasa a un CD dentro de un microondas (Recomendación: no lo hagáis en casa, ni con vuestro CD favorito).
Volvimos al “Paraninfo” después de visitar “Químicas”. Pero como teníamos que esperar nuestro turno y había hambre, decidimos comernos los bocadillos y relajarnos un poco antes de entrar. Finalmente, pasamos al enorme hall del edificio. En sus dos plantas había tantas actividades preparadas y tanta gente haciendo colas que comprendimos que difícilmente se podía disfrutar de todas ellas en el tiempo que nos quedaba. Así, decidimos dispersarnos en grupitos y que cada uno de nosotros se dejara llevar y participase en aquellas que consiguieran llamarle más la atención. Era fácil ver a los compañeros ir de un puesto a otro con posters o coincidir en la explicación de algunos hechos sorprendentes. En todas las actividades, los voluntarios se mostraban muy simpáticos  y nos exponían, con ese brillo en los ojos del que habla con pasión, la actividad a realizar y el por qué de los resultados. Es imposible contar en unas pocas líneas todas las actividades incluidas en la feria. Por eso sólo mencionaré  las que más nos llamaron la atención:
Ø      Nos mostraron como se detecta la sangre en las muestras forenses.
Ø      Pudimos contemplar el firmamento en un planetario portátil.
Ø      Nos midieron el mercurio presente en nuestro organismo y nos hablaron de las consecuencias de que hubiese demasiado.
Ø      Nos hicieron una demostración con unos fluidos llamados “No neutonianos” que al golpearlos con un martillo se mostraban duros como una pared pero que al tocarlo con las manos descubríamos que eran como una papilla.
Ø      Nos mostraron como capturar el olor de los alimentos y nos dieron a olfatear muestras de esencias de diversos alimentos como café, champiñón, plátano…
Ø      Nos mostraron un prototipo de coche teledirigido cuyo motor  funcionaba con agua.
Ø      Nos enseñaron a separar tintas de colores con la que escribíamos nuestros nombres o a fabricar tinta invisible.
Ø      Nos mostraron como medir la contaminación del agua mediante el crecimiento de las raíces de cebolla.
Ø      Nos hablaron de la historia de las setas y como identificar algunos tipos.
Ø      Nos hablaron de la crianza de las codornices y de cómo la introducción de ciertas especies extranjeras afectaba a las especies españolas.
Ø      Disfrutamos haciéndonos unos granizados instantáneos con nitrógeno líquido. Algún compañero comentó la idea de hacer negocio con ello, pero un voluntario se apresuró a explicar que no sería muy rentable. Haciendo cuenta que en vaso de poco más de un chupito nos salía a un precio superior a tres euros.
Por último y como (aunque parezca mentira) no sólo de ciencia vive el hombre, decidimos retrasar un poco el viaje de regreso para darnos una vuelta por el centro de Ciudad Real. Esta última hora de visita nos sirvió para hacer compras, tomar algo, hablar de las experiencias del día o simplemente estar con amigos y pasarlo bien en un sitio distinto.
            Ya de vuelta algunos alumnos confesaron entre risas que: “Cuando nos enteramos, no dudamos un segundo en apuntarnos. Todo sea por salir del instituto y no dar clase”. Bueno… Evidentemente, la motivación inicial no parecía la adecuada. Resulta curioso recordar a esos mismos alumnos preguntando bastante a los voluntarios y  participando con más interés que en las actividades de clase. Lo gracioso es que con esa actitud quizás sean los profesores los que se animen “a sacaros más del instituto y no dar clase”.

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